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El sentir de mi sentido

El Sentir de mi sentido trata de reflejar la íntima unión entre poesía y música durante el Siglo de Oro español. La selección de las piezas parte de textos de algunos de los poetas más representativos de la época, como Garcilaso, Boscán, Baltasar del Alcázar, Luis de Vivero y Gil Vicente, habiendo escogido tanto obras más italianizantes basadas en la nueva métrica (¡Oh más dura que mármol a mis quejas!, ¡Quán bienaventurado!, Claros y frescos ríos) como aquellas que mantienen la antigua forma del villancico o que continúan la tradición cancioneril (Si no os hubiera mirado, ¿Qué sentís, corazón mío?, No me fyráis, madre), representando de este modo las dos corrientes que convivieron en la Península durante el s.XVI. La herencia poética del s.XV, tan apreciada durante el siglo posterior, queda reflejada en Jorge Manrique y el comendador Escrivá, así como con Garci Sánchez de Badajoz, quien fue poeta y músico, al igual que Jorge de Montemayor y Gregorio Silvestre, personificando todos ellos el estrecho vínculo existente entre estas artes en aquella época. Las fuentes musicales son diversas, destacando el Cancionero de Medinaceli, la mayor colección de repertorio polifónico secular de finales del s.XVI. La mayoría de las obras que contiene son anónimas, aunque aparecen nombres como los de Pedro y Francisco Guerrero, Ceballos, Morata y Cebrián. Los textos son todos anónimos, pero se han podido identificar diversos autores. Otra obra de capital importancia es la Recopilación de Sonetos y Villancicos a quatro y a cinco de Juan Vázquez, quien gozó de gran reconocimiento en vida, siendo su extraordinario lenguaje expresivo digno de mención. Los cancioneros de Calabria y la Casanatense también aparecen representados con obras anónimas de autoría atribuida a Morales (Si no os hubiera mirado) y F. Guerrero (Bárbara, yo soy tuyo), respectivamente. En este último ejemplo, la fuerte amistad entre el joven Guerrero y el singular poeta Baltasar del Alcázar podría haberles llevado a colaborar en esta pieza de carácter jocoso y burlón. Sin duda, la vihuela es el instrumento español más característico de este periodo y el que mejor podría acompañar este repertorio, siendo varios los vihuelistas que tomaron también la poesía como inspiración, desde el poeta-músico Luis de Milán a M. Fuenllana y E. Daza, pudiendo destacar a A. Mudarra, cuyos Tres libros de música en cifra para vihuela incluyen diversas obras basadas en textos de Manrique, Boscán y Garcilaso, entre otros. El siglo XVI supuso para España la época de mayor esplendor tanto en música como en literatura y, a pesar de la decisiva influencia italiana, poetas y músicos españoles trataron de mantener ciertos rasgos diferenciales propios, huyendo de la afectación y la sensualidad y buscando la gravedad y la sobriedad. Quizás Garcilaso nos muestre la esencia: «¡Quán bienaventurado / aquél puede llamarse, / que con la dulce soledad se abraça…».

Programa

  • Pedro Guerrero (Garcilaso de la Vega)
    ¡Oh, más dura que mármol a mis quexas!
  • Cristóbal de Morales (Boscán)
    Si no os uviera mirado
  • J. Vázquez (Luís de Vivero)
    Si no os uviera mirado
  • Anónimo
    Recuerde el alma dormida
  • Fray Juan Díaz (Garcilaso de la Vega)
    ¡Quién me dixera, Elisa, vida mía!
  • Ginés de Morata (Jorge de Montemayor)
    Ojos que ya no veis
    Aquí me declaró
  • L. de Milán
    Pavana y Romanesca (instrumental)
  • Anónimo (Boscán)
    Claros y frescos ríos
  • Capitán Mateo Romero (Góngora)
    Cura que en la vecindad
  • Fco. Guerrero (L. de Vega)
    Si tus penas no pruevo
  • J. Vázquez (Comendador Escrivá)
    ¿Qué sentís, corazón mío?
  • J. Vázquez (Garci Sánchez de Badajoz)
    ¡O dulce contemplación!
  • F. Guerrero (¿Baltasar de Alcázar?)
    Bárbara, yo soy tuyo
  • A. Mudarra (Jorge Manrique)
    Recuerde el alma dormida
  • L. de Narváez
    Conde Claros (instrumental)
  • Rodrigo de Cevallos (Garcilaso de la Vega)
    ¡Quán bienaventurado!
  • Antonio Cebrián (Garci Sánchez de Badajoz)
    Lágrimas de mi consuelo
  • J. Vázquez (Gil Vicente)
    No me firays, madre
  • Anónimo (atribuido a Lope de Vega)
    Hermosa Cathalina
  • Capitán Mateo Romero
    Coraron ¿dónde estuvistes?
  • Anónimo (Gregorio Silvestre)
    ¡Oh, dulce suspiro mío!
  • J. Vázquez (Gil Vicente)
    Soledad tengo de ti
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